lunes, 18 de octubre de 2010

Técnica de sujeción

La forma de atar (amarrar) la tela puede variar de acuerdo con la creatividad del practicante, teniendo en cuenta los mecanismos de seguridad y las características de la estructura que sujetará la misma. La manera más habitual de fijar la tela es doblándola por la mitad de su longitud (que normalmente es de 20- metros), dividiéndola así en dos partes iguales que serán utilizadas para llevar a cabo los diferentes nudos (trabas), bloqueos en el cuerpo y sus espectivas figuras y caídas (escapes). La tela pede ser fijada directamente en una de las vigas que componen la estructura del techo (carpa, teatro, local), en grúas o estructuras especialmente construidas (pórticos). Normalmente se utilizan materiales de escalada (mosquetones, cintas y cuerdas) para fijar la tela, dado que este tipo de material aumenta la seguridad (normalmente están homologados por las agencias gubernamentales de seguridad). Además las cintas protegen la tela de los roces con la superficie que la sujeta (viga). La altura también puede variar, según los objetivos y el espacio de práctica. Lo normal es instalar el material entre 7 y 10 metros de altura. La altura será decisiva en el momento de determinar los trucos que pueden o no ser realizados.

  TELAS            CUERDA INDIANA                                             









Cuerda Indiana;otro elemento acrobatico

Es una cuerda similar a la cuerda vertical generalmente de 9mt de largo, a los 8 mts va fijada una estafa (lazo) del cual el acróbata se sujetara de las muñecas, la nuca o los tobillos mientras un asistente gira la cuerda en su propio eje desde abajo. Durante este giro el artista va realizando distintas figuras.
Es fundamental que la persona que gire la cuerda sepa muy bien la técnica del giro, de lo contrario podría sacarle el hombro de lugar al acróbata.

La cuerda indiana es un elemento muy habitual en los circos para los acróbatas aéreos su origen se encumbra al “yoga en el aire”, de hecho, muchas de sus figuras y amarres tienen su origen en el yoga.
El circo lo adopta por su impacto visual y su destreza, con el paso del tiempo lo va transformando, haciéndola mas acrobática y artística.
Esta disciplina surge hace mas de cinco mil años en los territorios del sur de la india, allí los yoghis hacían diferentes posiciones de yoga colgados de sogas, meditando y recitando versos de sus escrituras.
El circo al visitar la India y ver el arte de la cuerda y a los yoghis contorsionistas los toma y los transforma dándoles una forma acrobática y artística, para llevarlos hasta el espectáculo.






El trapecio consiste en una barra metálica, suspendida de sus extremos por dos cuerdas generalmente de algodón. Su constitución permite su balanceo, así como realizar figuras en las cuerdas.
En este el artista se ejercita sin movimiento pendulares (balanceos), los únicos balanceos que existen son los del cuerpo del acróbata mientras el trapecio se mantiene lo mas estático posible, en el mismo realizan distintas figuras y escapes (caídas).
En el trapecio fijo se realizan movimientos más artísticos, más lentos, se puede trabajar individualmente o también en pareja. Se trata del trapecio más común y tradicional en los circos.


"Los trapecistas son la evolución del hombre, porque son capaces de volar."

Volatines en el aire, figuras de libélulas urbanas, cruzan techos de luz, cielos de lonas; sorprenden, por su arrojo, a las personas y les hilvanan gritos en el alma.Varones con el cuerpo de diamante, sirenas que navegan en la brisa, siembran densos silencios palpitantes, detienen los latidos de la vida en todas las miradas expectantes
Náufragos del espacio que se aferran a la barra con inquietud de péndulo,o al fiel portor de salvadores dedos: Nunca unas manos fueron más amigas ni unos brazos buscaron a otros brazos con tal ansia de unirse en el encuentro. Ingrávidos insectos de dos manos, arácnidos de miembros muy prensiles, semejantes, en todo, a los humanos; pero ligeros. Ellos son trapecistas.



Un poco mas sobre telas

Para el buen manejo de la tela son importantes las manos, brazos y hombros, porque de ellos la persona se vale para lograr los distintos amarres y enganches a la tela. La resistencia que se gana al cabo de unas pocas semanas de práctica es increíble, y una vez ganada esta primera etapa, ya se disfruta mucho más, y poco a poco se van perfeccionando las ejecuciones.
Los hombres son los que cuentan con mayor musculatura en la parte superior del cuerpo. Las mujeres no tienen esta condición por lo que se les dificulta un poco más el hecho de trepar la tela, pero tienen más elasticidad corporal, lo que resulta en un mayor potencial expresivo. Y ni hablar de los niños, los chicos incorporan a una velocidad vertiginosa todas las técnicas necesarias en esta práctica. La razón principal es que ellos se divierten y disfrutan la emoción de la altura; además, su peso y flexibilidad se lo permiten.
Lo primero que se aprende es a trepar. Este primer paso consiste en dar un pequeño salto y agarrarse de la tela con los codos flexionados y, paralelamente, hacer una especie de nudo con la pierna derecha en sentido opuesto a las agujas del reloj, y con el pie izquierdo presionar la tela sobre el empeine derecho. Este lazo va a servir de sostén e impulso para el ascenso. En este nivel es muy relativo el tiempo que se puede durar: dependerá de cada practicante, pues según Talía hay alumnos que desde la primera clase ya escalan la tela en su totalidad.
Seguidamente, se enseñan los distintos tipos de amarre —en la cintura, en los muslos, en los brazos, en los tobillos—, que permiten la realización de la amplia gama de figuras  acrobáticas.
Luego se pasa a la práctica de las posiciones invertidas, que implican una mayor exigencia, pues es en este nivel cuando se hace uso de toda la resistencia muscular que posee la persona.
Finalmente, se ejercitan las figuras más complicadas a mayor altura, y las diferentes formas de escapes o caídas, como se le conoce comúnmente al punto final de estas presentaciones.
 



 

Acrobacia en tela

Consiste en la realización de figuras, movimientos de contorción, de fuerza y espectaculares caídas o escapes en una tela de material sintético, las rutinas duran entre 5 y 8 minutos. Lo puede realizar una persona, dos o hasta tres personas. Este acto lo realizamos en espejo con 2 o mas telas.
 Cada vez más personas se animan a amarrarse, trepar y hasta colgarse de largas tiras de tela; todo con la intención de poner en forma su cuerpo y, además, experimentar la deliciosa sensación de flotar en el aire .
“¡Quisiera tener alas!” ha sido, probablemente, el pensamiento de quienes en su afán de emular a los pájaros han ideado cualquier cantidad de artilugios que les permitan surcar los cielos o, por lo menos, aproximarse a tal hazaña. Sería esta la razón por la que Leonardo Da Vinci se empecinó en estudiar durante tanto tiempo la posibilidad de que un hombre ataviado con “unas alas grandes y debidamente sujetas al cuerpo” pudiera alzar vuelo. Porque cuando de querer volar se trata, el límite sólo lo pone la imaginación y la audacia de cada quien.
Tal es el caso de la acrobacia en tela, una práctica que es propia del circo, pero que con el tiempo se ha extendido al común de la gente.
Pero, ¿de dónde vienen estas famosas telas? Si bien nadie se atreve a precisar con exactitud los orígenes de esta práctica, algunos coinciden al decir que sus raíces se encuentran en un tipo de yoga que consiste en colgarse de unas cuerdas, las cuales permiten tomar ciertas posturas para hacer las meditaciones. También está la llamada cuerda de la India o Cuerda Indiana, muy usada por los acróbatas del circo, quienes han tomado del yoga, en buena parte, los amarres y las figuras más vistosas.
Desde una altura aproximada de siete metros o más —distancia definitivamente insoportable para quienes sufren de vértigo— y sobre un soporte lo suficientemente resistente, preferiblemente vigas de acero, se cuelgan por la mitad, paños de más o menos 20 metros de largo y un metro y medio de ancho.  Los tejidos más utilizados son los que no se estiran, como, por ejemplo, el jersey de seda o el acetato. Son estas dos líneas de tela las que permiten dar rienda suelta a una actividad que prácticamente no tiene límites entre lo deportivo y lo artístico, ya que combina aspectos de ejercicios como la escalada y la gimnasia olímpica, con otros más estéticos como la danza contemporánea y las  acrobacias circenses.
Cualquier persona que tenga la voluntad suficiente para adentrarse en el mundo de las acrobacias en tela puede hacerlo; sin embargo, hay que tener cierta condición física que permita sostener el propio peso corporal, el cual, dicho sea de paso, suele ser más pesado de lo que se cree.